9 de diciembre de 2018 -
La
OCDE publicó el 4 de diciembre la edición 2018
de “Estrategia de Empleo” (Job Strategy), que
ofrece datos y recomendaciones políticas para
ayudar a los países a enfrentar los desafíos del
mercado laboral en el marco de transformación
dictado por la revolución digital, la
globalización y los cambios demográficos.
Presentamos a continuación los resultados
principales de este estudio para México e
Italia.
México
Cantidad, calidad e inclusión
La
tasa de desempleo en México siguió descendiendo
y se sitúa considerablemente por debajo del
promedio de la OCDE. Más aún, la tasa de empleo
de la población con edades comprendidas entre
los 20 y los 64 años es baja en comparación con
otros países de la OCDE, lo cual es un reflejo
de la escasa presencia de la mujer en el mercado
laboral y del descenso en la participación de
jóvenes y trabajadores de edades más avanzadas.
La
inseguridad del mercado laboral es inferior al
promedio de la OCDE, debido a un escaso riesgo
de desempleo. Sin embargo, esta medida no
captura la alta incidencia del empleo informal.
Por otra parte, los costes personales que supone
la pérdida del empleo son elevados, debido a la
ausencia de un seguro de desempleo y más en
general de la escasa protección social de la que
gozan los trabajadores informales. México
obtiene resultados pobres en el campo de la
calidad de los ingresos, un dato relacionado con
la escasa productividad y los elevadísimos
niveles de desigualdad de percepciones. La
tensión laboral es similar al promedio de la
OCDE aunque los mexicanos son los que más horas
trabajan entre los países miembros de la
organización.
Cuadro de desempeño del mercado laboral mexicano
(haz clic en la imagen para visualizar el PDF)
Si
bien en los últimos años se han registrado
ciertos progresos, la nación latinoamericana
sigue estando por debajo del promedio de la OCDE
en muchos indicadores relativos a la inclusión
en el mercado laboral, mientras la pobreza sigue
siendo un problema grave y persistente. La tasa
de ingresos bajos está entre las más altas de la
OCDE. La tasa de empleo promedio de los grupos
desaventajados representó solamente un 40% de la
correspondiente a los trabajadores varones de
edad intermedia en el año 2016, la segunda
brecha más elevada de los países de la OCDE. Las
mujeres enfrentan muchas dificultades en el
mercado laboral y se encuentran en clara
situación de desventaja respecto a sus homólogos
varones. La brecha salarial de género fue del
54,5% en 2015, producto de la baja tasa de
empleo femenino y de la escasa participación de
la mujer.
Resiliencia y adaptabilidad
El
desempeño de México es relativamente bueno en lo
que se refiere a la resiliencia del empleo, lo
que refleja en parte las frecuentes transiciones
desde y hacia el trabajo informal. El impacto de
las crisis económicas en el desempleo es
limitado, dado que muchos trabajadores no pueden
afrontar situaciones de desempleo por largo
tiempo.
El
crecimiento de la productividad laboral fue
ligeramente superior al promedio de la OCDE
entre 2010 y 2016, pero sigue siendo el más bajo
de la OCDE.
México registra el porcentaje de estudiantes con
bajo rendimiento más elevado de la OCDE. Casi
tres cuartas partes de la población de 15 años
han abandonado los estudios o carecen de
competencias básicas, un aspecto vinculado a las
desigualdades encontradas para acceder a una
educación de buena calidad.
Italia
Cantidad, calidad e inclusión
Italia se encuentra entre los peores países de
la OCDE en los tres indicadores de cantidad en
el mercado del trabajo, situación que refleja
las persistentes bajas tasas de ocupación,
especialmente entre las mujeres.
La
recuperación económica gradual después de la
larga crisis ha contribuido al aumento de los
niveles de empleo, aunque sigan siendo
inferiores al promedio de la OCDE.
Los
indicadores de calidad del trabajo muestran una
imagen variada para Italia. La calidad del
ingreso laboral, medido como el ingreso laboral
ajustado por el nivel de desigualdad, está por
encima del promedio de la OCDE. Sin embargo, la
inseguridad en el mercado (la probabilidad de
perder el empleo y encontrarse sin ingresos) es
la cuarta más alta entre los países de la OCDE,
principalmente debido a un alto riesgo de
desempleo y bajos subsidios para esta situación.
Sin
embargo, las reformas recientes deberían
aumentar considerablemente el porcentaje de
trabajadores cubiertos por el subsidio. Los
contratos a plazo representan la mayoría de los
nuevos contratos de empleo, por lo que pesan
sobre el nivel de inseguridad en el mercado
laboral.
En
Italia, el nivel de estrés relacionado con el
trabajo está en línea con el promedio de la
OCDE, mientras que el 34% de los trabajadores
informan que se ocupan puestos con una gran
carga de trabajo y pocos recursos para
enfrentarlos.
Indicadores clave para Italia 2016-2017 en
el mercado laboral
(haz clic en la imagen para visualizar el
PDF)
El
nivel de inclusión del mercado laboral en Italia
es bastante débil. Tras la larga recesión, la
pobreza relativa ha aumentado: el 15% de las
personas en edad de trabajar viven en hogares
con ingresos inferiores al 50% del ingreso
promedio, un porcentaje mucho más alto que el
promedio de la OCDE. Además, un porcentaje
creciente de trabajadores está en riesgo de
pobreza.
La
brecha salarial de género es mayor que el
promedio de la OCDE, y la brecha de género en el
nivel de empleo también se encuentra entre las
más altas de los países de la OCDE. Los grupos
desfavorecidos tienen tasas de empleo mucho más
bajas que las de los no desfavorecidos, lo que
refleja la falta de políticas sociales en
diversas áreas, como infraestructura para
guarderías, así como la integración de los
migrantes y de las personas con discapacidad.
Esta brecha es la tercera más grande entre los
países de la OCDE.
Resiliencia y adaptabilidad
El
desempeño de Italia en los indicadores clave de
resiliencia y adaptabilidad del mercado laboral
está por debajo del promedio de la OCDE, y esto
contribuye a los malos resultados en los
indicadores de cantidad, calidad e inclusión del
mercado laboral.
La
larga y profunda crisis económica ha provocado
un aumento significativo del desempleo, más alto
que el promedio de la OCDE. Aunque la tasa de
desempleo ha disminuido en los últimos años, aún
se mantiene por encima del promedio de la OCDE.
Sin embargo, la reciente reforma del mercado
laboral ha fomentado el uso de contratos más
estables y ha contribuido a fortalecer las
políticas activas. Estas acciones podrían
contribuir, en el futuro, a una mejor capacidad
para hacer frente a las crisis económicas.
La
productividad laboral italiana disminuyó durante
el período 2010-2016, alcanzando el penúltimo
lugar entre los países de la OCDE después de
Grecia. Esta caída en la productividad refleja
una disminución sustancial en la inversión
privada durante la crisis y obstáculos que han
afectado el dinamismo empresarial. Las
habilidades de los estudiantes son más bajas que
el promedio de la OCDE, lo que refleja problemas
a largo plazo y una financiación insuficiente
del sistema de educación obligatoria. El
desajuste entre las habilidades de los
trabajadores y las requeridas para el desempeño
de sus puestos es muy alto, esto requiere
mayores recursos y más específicamente
orientados a la capacitación profesional.
(massimo barzizza / puntodincontro.mx)
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