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22 de mayo de 2020 (5:41 hrs.) - Según los primeros datos disponibles, parece que después de la pandemia las oficinas ya no serán las mismas, pero no desaparecerán. Aunque los ahorros estimados de transformar a cada trabajador físico en uno virtual son de hasta 11,000 dólares al año entre el alquiler, suministros y costos de mantenimiento, una encuesta realizada por Gartner indica que solo una cuarta parte de las empresas estadounidenses planea un teletrabajo superior al 20 por ciento del total y el 74 por ciento tiene la intención de convertir permanentemente en remoto al menos al 5 por ciento de los empleados. Está claro, por lo tanto, que aún no ha surgido una tendencia masiva alternativa, tal vez porque nadie sabe cómo reproducir a distancia la cultura corporativa y la creatividad grupal. Pero algunos de los gigantes tecnológicos del mundo ya han delineado su estrategia. A continuación, un breve resumen:
El riesgo es que estos cambios produzcan nuevas desigualdades sociales: los remotos serán los nuevos privilegiados, mientras que los trabajadores de manufactura y servicios —fábricas, transporte, hospitales, restaurantes— tendrán que salir de casa todos los días y se verán obligados a arriesgarse al contacto físico con colegas, usuarios, pacientes y clientes. (massimo barzizza / puntodincontro.mx)
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